Desde que somos pequeños tanto los profesores como los padres nos dicen que debemos leer. Pero claro, no es lo mismo leer un cuento que leer un ensayo o un discurso científico. Dependiendo de la edad, podemos encontrar un amplio abanico de lecturas. Al principio, cuando tenemos 3 o 4 años o incluso, cuando llegamos a los 13 o 14, las lecturas que nos recomiendan son siempre entretenidas. ¿Y por qué? Para que nos acostumbremos a leer, cosa que provoca que a la hora de escribir lo hagamos con más facilidad. Habrán lecturas que nos gustarán tanto que las recordaremos a lo largo de los años y otras tan aburridas que se quedarán en la más lejana memoria.
Pero llega un momento, cuando ya somo más grandes, donde el hecho de leer, en vez de ser un placer, se vuelve más bien una horrible pesadilla. ¿Y por qué?Porque entramos en una edad dónde dejamos de ser niños y nos adentramos en el mundo de los adultos. Y por eso, las lecturas cambian. Ya no son como las de antes, de entretenimiento y cortas. La cosa cambia. Ahora son más largas, e incluso muy aburridas.
Encontraremos más de un libro que no entendamos, que no nos aporte nada. La lectura en estos momentos de la vida empieza a evaporarse. Sólo se lee por obligación y además, hay una cierta prisa por leer (puesto que la lectura se deja para el último momento) y no nos detenemos a releer si no entendemos algo.
¿Y qué podemos hacer para que los jóvenes lean? ¿Cómo motivar la práctica de la lectura? Yo pienso que eso se debe de hacer desde pequeños. No sólo hay que dejarlos jugar a la consola y al ordenador, sino que tenemos la obligación de esnseñarles a leer y que aprenden durante toda su vida ya que la lectura es lo más básico de su formación.
#Sara#
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