martes, 2 de diciembre de 2008

La marcas

El otro día escuché una conversación en la facultad de filología, de un grupo de amigas. La verdad es que más bien, la conversación se convirtió en todo un debate. ¿Queréis saber porqué? Una de las chicas empezó a decir que ella no se compraría nunca una camiseta (o cualquier tipo de prenda) que no pusiera el nombre de la marca o que no lo pusiera suficientemente grande como para que se viera. Este comentario hizo “saltar” a un par de sus amigas. Empezaron a reprocharle su actitud hacia las marcas. A ellas no les parecía ético el hecho de comprarse una camisa sólo por la marca y encima, que se viera la marca lo suficiente como para que los demás se den cuenta que lleva ropa de marca. Para ellas, significaba que únicamente quería que se la viese con ropa de marca y así parecer “más guay” ante los demás.

Es verdad que el tema de las marcas siempre ha creado mucha controversia entre la gente pero aún así la mayoría intenta comprarse (si es que su economía se lo permite) alguna prenda de una marca conocida. Para casi todo el mundo, el llevar marcas significa ser una persona más enrollada, una persona con buen gusto (aunque yo pienso que una persona que lleva marcas es una persona a le que le sobra el dinero y se lo puede permitir).

La gente que compra marcas o nunca se ha parado a pensar (o no quieren admitirlo o incluso lo ignoran) que estas se fabrican en el tercer mundo. El único beneficiario son las multinacionales que además, se aprovechan tanto de los consumidores como de los países subdesarrollados. La gente pobre que hace estos productos cobra una miseria a sabiendas de que después se venderán a precio de infarto en el mercado. Mientras que la gran multinacional explota a sus trabajadores y les paga una miseria por piezas que después se venderán a un precio muy superior en el mercado, les es muy fácil pagar a un buen puñado de personajes famosos para que promocionen sus productos.

¿No es extraño? Los que fabrican las zapatos, la ropa... cobran una gran miseria y además son pobres, mientras que las grandes estrellas que son multimillonarias, cobran millones por promocionar los productos. Parece ser que llama más la atención una cara conocida a la hora de comprar un producto, y de ahí que se invierta más en esta técnica publicitaria. ¿Hay derecho a semejante explotación hacia los que fabrican las cosas? ¿Porqué si a la multinacional le sobra el dinero y sabe que sus trabajadores se mueren de hambre, no les aumenta el sueldo y les dan mejoras laborales?
#Sara#

No hay comentarios: