sábado, 20 de diciembre de 2008

Una moda peligrosa

La crisis obliga a empresarios y consumidores a afilar el ingenio para llegar a fin de mes sin renunciar a sus rutinas. Tanto es así que una conocida discoteca valenciana decidió organizar una fiesta con el nombre de Pretty Woman en homenaje a las mujeres. El evento que tenía lugar el pasado 5 de diciembre en Pachá Valencia, al final no se realizó. Y no se llevo a cabo por las múltiples quejas que recibió. Pero si todo parece normal, ¿por qué no se realizó la fiesta?

Dicha celebración tenía una sorpresa: se sortearía un aumento de pecho entre todas las asistentes. Según expresó el gerente de la discoteca, Carlos Monsell, fue una de las muchas ideas que han tenido (sorteos de motos o viajes) para intentar hacer más llevadera la actual crisis a sus clientes, en este caso, mujeres que deseen mejorar su imagen. En principio, se iba a regalar una operación de aumento de pechos, pero si la agraciada ya contaba con esto, se podía cambiar sin problemas por una fotodepilación o una inyección de botox.
Pero este tipo de sorteos no son una novedad. Se han dado casos en otros países como Alemania y Argentina. En este último, incluso sus dirigentes políticos se atrevieron a premiar con mejoras de imagen a las mujeres que ayudaran a financiar sus campañas electorales. Afortunadamente, esta práctica nunca llegó a hacerse efectiva, puesto que el gobierno la rechazó, imitando a Buenos Aires que ya había prohibido los sorteos de cirugía estética en sus discotecas, un negocio cada vez más rentable.

El aumento de pechos está cada día más de moda: actrices, cantantes, presentadoras de televisión e incluso series de televisión se basan en sus atributos para llamar la atención.
“Sin tetas no hay paraíso”, una serie de televisión de gran audiencia en muchos países, que basa su trama en el deseo de una joven de 17 años de aumentar sus pechos para triunfar en la vida. Una idea que impulsa la antigua imagen de “mujer florero” en todo su esplendor. Este título ha dado lugar a una serie de reclamaciones por parte de diferentes asociaciones de la mujer pidiendo que lo cambien porque impulsa a las jóvenes a pensar que realmente sino estan dotadas de una buena talla no van a triunfar en la vida.
En un mundo en el que cada dia esta más extendido el recurrir a la cirugía estética para cambiar y mejorar nuestro cuerpo, parece inevitable no sucumbir ante esta presión social. Pero no hay que olvidar que para llegar a conseguir estos cuerpos de revista, hay que someterse a complicadas operaciones que ponen en riesgo nuestra vida. Y por último, pero no menos importante, está la cuestión psicológica. Aumentarse el pecho o cambiarse la nariz no es como comprarse un sueter nuevo. Hay que tener muy claro lo que realmente se quiere y meditarlo detenidamente, una decisión que no deberían de tomar los jóvenes.

Y ustedes queridos lectores, ¿le regalarían a sus hijas un aumento de pecho si ellas lo desearan? ¿Llegarían hasta tal punto de apoyar una campaña electoral a cambio de una operción estética para mejorar su cuerpo?
#Sara#

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