Dos noches singulares venimos celebrando desde hace muchos milenios: Nochebuena y la noche de San Juan. Estas dos noches son correspondientes a los dos equinoccios: el de invierno y el de verano. Pero en este artículo nos vamos a centrar en la Nochebuena. Además de celebrar religiosamente el nacimiento de Cristo, Nochebuena invita a la reunión familiar en torno a una mesa y a una cena especial. La cena de Nochebuena es una de las fiestas familiares más importante del año. Ya sea una cena íntima entre pocas personas, o una enorme fiesta familiar, esa noche tiene algo especial.
Las familias se reúnen la noche del 24 de diciembre, víspera de la Navidad, y preparan una cena muy abundante. La costumbre es comer pavo, mariscos y mazapanes, pero éstos pueden cambiarse dependiendo de gustos y costumbres. Se trata de que sea una cena especial, distinta a la de todos los días, ya que se está celebrando el Nacimiento del Hijo de Dios. Esta costumbre nació en Europa y simboliza la abundancia que Cristo nos trae con su llegada.
Pero no en todas las partes del mundo se come y se celebra de la misma manera. En México se acostumbra presentar pastorelas (obras teatrales) y organizar posadas en las que se elaboran ponches, buñuelos y tamales (paquetitos de harina de maíz con relleno de maíz y queso, cocidos al vapor en hojas de mazorca). Esta fiesta se prolonga hasta la noche y rompen piñatas para los más niños.

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